DESPALILLADO O ESTRUJADO: consiste en un prensado muy suave de los
racimos, para mezclar el mosto con las levaduras que portan las uvas, evitando
romper las pepitas, para no dar aspectos oleaginosos al vino
ESCURRIDO: una vez finalizado el estrujado, se escurre el mosto por
decantación, es decir, cae por su propio peso a unos depósitos con temperatura
controlada.
PRENSADO: una vez recogido todo el mosto, se prensan los restos de
uva, para obtener el mosto prensa. Se pueden mezclar o destinar a vinos
distintos, según la calidad que se quiera dar al producto final. Este es el
momento de la maceración, si se quieren obtener más materias aromáticas o
algunas materias colorantes.
DESFANGADO: se añadirá anhídrido sulfuroso para parar la
fermentación y a temperatura controlada se decantara el mosto para clarificarlo
y quitarle los restos de hollejos, raspones, pepitas y demás material
FERMENTACION ALCOHOLICA: en los depósitos de fermentación, a
temperatura controlada de 15 a 20 grados C se inicia la fermentación
alcohólica. Es una fermentación sostenida por la baja temperatura y el
sulfuroso que se le añadió antes del desfangado. Solo así se garantiza la
frescura e intensidad de los aromas primarios en el vino.
DESCUBE: los depósitos de fermentación suelen tener forma cónica en
la base, para recoger las levaduras y lías que se depositaran en el fondo una
vez terminado el proceso fermentativo. El descube consiste en pasar el vino a
otro recipiente, desechando las precipitaciones a fondo.
TRASIEGOS: se les denominan trasiegos a cada descube que se le
realiza a un vino, ya que de una sola vez no se eliminan todos los restos de
lías, y es necesario repetirlo entre proceso y proceso, siempre a temperatura
controlada y en recipientes de la misma naturaleza.
EMBOTELLAMIENTO: se guarda y se embotella el vino, listo para su
venta.
García Gallego Jesús. (2008). Enologia para cocineros. España: Vértice.
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